Explica por qué se afirma que desde el inicio de la obra el 
autor anticipa el final.
“ No es cosa más propia del que ama que la impaciencia; toda tardanza les es tormento; 
ninguna dilación les agrada. En un momento querrían poner en efecto sus cogitaciones; 
antes las querrían ver concluidas que empezadas. Mayormente estos amantes, 
que contra cualquiera señuelo vuelan, sin pensar el daño que el cebo de su 
deseo trae mezclado en su ejercicio y negociación para sus personas y 
sirvientes.